Cuando China hacía lo imposible para que se divulgara el coronavirus, una supercomputadora con Inteligencia Artificial ya había detectado la epidemia.
Se trataba de una plataforma de salud canadiense que alertó el 31 de diciembre de 2019 sobre el brote del nuevo brote. Lo hizo nueve días antes de que lo anunciara la OMS y Pekín lo reconociera de manera oficial.
La supercomputadora BlueDot utilizó un algoritmo para analizar algunas expresiones más frecuentes en las redes sociales. “Me falta el aire”, “No me encuentro bien”, “algo me pasa”, “estoy enfermo” fueron algunos de los tuits detectados. Muchos vecinos de la ciudad de Wuhan escribieron que se encontraban mal, tosían y tenían fiebre.
Luego encontró un artículo en idioma mandarín que mencionaba a 27 personas enfermas de neumonía. Todas ellas relacionadas con un mugriento mercado de animales salvajes. El el software de riesgo diseñado por la start-up canadiense Blue Dot´s lo descubrió. Sin embargo, por razones geopolíticas no se tomaron las decisiones oportunas en China y el virus se propagó.
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La plataforma que se alimenta con noticias globales también predijo cuáles eran los países más expuestos a la propagación de la enfermedad. Ahora en medio de la pandemia que mantiene el vilo al mundo la bioinformática y la Inteligencia Artificial constituyen una herramienta básica. Sobre todo en los laboratorios experimentales.
Inteligencia Artificial al combate
En la actualidad el big data es utilizado para enfrentar al mortal coronavirus. Con el intentan obtener posibles tratamientos. Además analizan el genoma del coronavirus y sus sucesivas mutaciones.
Del mismo modo la bioinformática trabaja en la búsqueda de fármacos y terapias inmunitarias (anticuerpos y vacunas), señalan desde el Barcelona Supercomputing Center. Fundamentan el análisis en las bases de datos públicas que albergan secuencias genómicas de las diferentes mutaciones del virus.
El proceso utilizado en la búsqueda de tratamientos es el conocido como “docking”, o acomplamiento. El mismo consiste en simular en el ordenador las interacciones entre el virus y las moléculas. Con ello se podrían fabricar vacunas, tratamientos con anticuerpos o tratamientos con fármacos.
Asimismo la Inteligencia Artificial es utilizada para resolver diferentes problemas como la detección temprana del coronavirus. Con ella abordan los diagnósticos rápidos, siguen los tratamientos, o la detección de posibles infectados con cámaras térmicas que permiten identificar la fiebre.
De la pandemia al teletrabajo
Los expertos coinciden en señalar que la actual pandemia cambiará el panorama mundial y también a la Inteligencia Artificial como herramienta para derrotarla. De forma paradójica el COVID-19 permitió que las empresas para sobrevivir instrumentaran transformaciones digitales.
De ahora en adelante la economía se valdrá de las supercomputadoras y máquinas inteligentes. El teletrabajo es sólo el principio de una larga carrera y de una herencia que dejó el coronavirus. De igual forma los gobiernos tendrán que adecuar sus estructuras sanitarias para detectar a tiempo las enfermedades y resolver crisis.
La Inteligencia Artificial pone al alcance soluciones que hace muy pocos años serían impensables y todo gracias a la elevada capacidad de los ordenadores y a la cantidad de datos que recoge el big data.