Camariña Fruta del paleolítico
El hallazgo de semillas de camariña en una cueva alicantina ha confirmado el consumo de este fruto; que actualmente se encuentra en peligro de extinción en el Mediterráneo con unos pocos ejemplares en la Serra Gelada; durante la última etapa del Paleolítico, el Paleolítico superior.
Según la Universitat de Valencia; la investigadora Carmen María Martínez encabeza un estudio que revela el consumo de este fruto en el Paleolítico. Además, sobre muestras encontradas en la Cova de les Cendres (Teulada-Moraira, Alicante); que confirman el incremento de la aridez y las fluctuaciones del nivel del mar en la época.
Asimismo, el grupo de investigación del departamento de prehistoria; arqueología e historia antigua testifican que «este es uno de los yacimientos paleolíticos más importantes de la fachada mediterránea peninsular».
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Este registro arqueobotánico se a permitido gracias a las excelentes condiciones de conservación.
Los cazadores y recolectores que frecuentan la cova de las Cendres no solo recolectaron estos frutos; sino que hicieron una gestión vegetal y evitaron usar como combustibles las plantas de las que obtenían el alimento.
El Paleolítico superior empezó hace unos 35.000 años; es el período en el que el Homo sapiens sapiens llegó a Europa y, se caracteriza por la especialización en la caza, el incremento del procesado de los alimentos vegetales y la diversificación de los útiles.
Sin embargo estos frutos tuvieron su importancia en la alimentación humana; debido a la alta cantidad de vitaminas C, potasio, calcio y magnesio.
Las causas de su desaparición apuntan a un fuerte impacto; por el incremento de la aridez durante el máximo período glacial que tuvo lugar hace unos 20.000 años y, a la destrucción de su hábitat; debido a las posteriores fluctuaciones del nivel del mar.
Esta planta «cuenta con una única población mediterránea de once individuos en la Serra Gelada (Benidorm); que está considerada en peligro de extinción por el Catálogo Valenciano de Especies de Flora Amenazada y, se cree que es un relicto de la población existente en la Cova de les Cendres», han indicado desde el CIEF.
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