crisis climática en España - cantineoqueteveo

España en el día mundial del agua se está enfrentando a una crisis climática, de las peores en los últimos años mientras que en otros lugares; como Andalucía, siguen impulsado políticas agrarias basadas en el consumo intenso de recursos hídricos.

“No nos basta hablar de volúmenes promedio disponibles de agua, tenemos que estar preparados para los dos excesos: años de extrema sequía y períodos de inundaciones enormemente duros”. 

Así resumía la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, la coyuntura hídrica de España a principios de este año; España afronta uno de los mayores retos al igual que el resto de Europa en cuanto al choque de la crisis climática.

Las sequías, que de por sí prevalecen en la climatología mediterránea; se están volviendo cada vez más frecuentes e intensas y la gestión de los recursos (acuíferos, ríos o embalses) no está todavía orientada a los tiempos modernos.

En el Día Mundial del Agua, España no tiene buenas noticias que contar. De hecho, la mayor parte del territorio lucha por seguir adelante ante una de las mayores sequías de la última década.

¿Cuáles son las cifras actuales ante la situación?

Hoy en día, en la recta final de invierno, el agua embalsada se ubica en el 51%, mientras que el promedio en la última década para estas alturas del año está en un 64%; datos de Transición Ecológica. En 2022, el censo fue aún peor, pues la primavera asomaba con los pantanos al 44%.

La situación, aun siendo algo mejor a comparación del pasado año, es complicada para algunos territorios.
En Catalunya, para no ir tan lejos, la Generalitat ha tenido que decretar la excepcionalidad por sequía; con pantanos al 42%, lo que conlleva a medidas de racionamiento de agua destinadas a garantizar el consumo humano por encima del resto de empleos (regadío o generación de energía).

En Andalucía y Murcia, los embalses están en una condición aún más crítica y los niveles marcan un 29%, lo que anuncia obstáculos para el campo en la primavera próxima y el verano.

¿Cuáles son las causas de las sequías?

La sequía en los dos últimos años, es propia del ecosistema peninsular, pero la intensidad y su duración es lo que revela hasta qué punto la crisis empieza a acechar a la nación. Sin embargo; no todo tiene que ver con el calentamiento acelerado del planeta.

La gestión de los recursos hídricos, según expertos y ecologistas, no ha sido la mejor y los sucesivos planes hidrológicos para esta crisis climática en España; que se han ido rehaciendo no han introducido la variable climática en sus líneas de actuación, otorgando consumos desmesurados.

De hecho, son los planes que fueron aprobados este mes de enero los que iniciaron en poner límites de extracción de agua que aseguren los caudales de los ríos.

Los humedales son, quizás, el enclave natural qué mejor define el uso intensivo del agua en España; las extracciones de agua para regadío han menoscabado las capacidades de acuíferos y masas de agua y dejado en la UCI a buena parte de los parajes húmedos del país.

Según las estimaciones del Ministerio para la Transición Ecológica, entre 1970 y 2015, los humedales se han reducido un 35%; una tasa tres veces mayor a la disminución de las superficies forestales españolas.

Hoy en día, sólo el 12% de estos espacios está catalogado como “bien conservado”; el 24 se categoriza como “estado pobre” y el 30% como “muy pobre”.

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La situación es fuerte para los ecosistemas

Doñana o el Mar Menor son dos modelos nítidos de hasta qué punto la mala administración  está empujando a los ecosistemas de agua a evaporarse; el primero de ellos está en el punto de mira por los planes del Gobierno andaluz de amnistiar decenas de hectáreas de regadío ilegal que extraen agua de las masas subterráneas.

Bruselas ha amenazado con llevar a cabo sanciones; si las políticas autonómicas siguen adelante. En el caso del segundo, los vertidos generados por la agricultura y ganadería; además de la contaminación derivada de la expansión urbanística en el Campo de Cartagena lo han llevado al colapso y; ahora, el Gobierno central pelea con el autonómico para tratar de revertir la situación.

Una crisis climática que, según la Oficina Española de Cambio Climático, ya ha reducido la disponibilidad del agua entre un 10% y un 20%; se une a unas políticas hídricas y agrarias que permiten el uso intensivo de agua y la plantación de cultivos exóticos y tropicales, como el aguacate o el mango en Málaga. La crisis climática en España se ve abocada así a un futuro de escasez y estrés hídrico sin precedentes, nada que celebrar en el día del agua para los españoles.

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