Desde su primera oración El Ickabog nos revela el tono mitológico de su historia. No podía ser de otra manera tratándose de un relato pensado para un público infantil. “Había una vez un pequeño país llamado Cornucopia, que había sido gobernado durante siglos por una larga línea de reyes…” Cuando los escritores adultos escriben para los niños se vuelven religiosos. Es inevitable. El mundo de los niños es el reino perdido, el que sucumbió gracias al astuto trabajo de las sombras.
No en vano JK Rowling recurre a la simbología de la cornucopia para representar el origen de todas las cosas. Nada diferente al Jardín del Edén y su profusión de vida silvestre. Y por supuesto que hay un rey. Ningún paraíso puede funcionar sin un monarca. Al principio del tiempo sin fechas del “Había una vez”, todo es pura belleza y abundancia. Pero hay un jefe que vigila que no se meta el infierno con su caos de rebeldía y libertad. Igual siempre se las ingenia para entrar. Ese es el argumento de todas las religiones y todas las mitologías.
El Ickabog: verdad y abuso de poder
Es la primera publicación de la escritora después de “Harry Potter y las Reliquias de la Muerte”. Si bien no está relacionada con las aventuras del famoso mago, igual respira una atmósfera de magia y redención.
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Los capítulos de El Ickabog se publican diariamente hasta el 10 de Julio en su página web. La autora define el libro como un relato sobre la verdad y el abuso de poder. Lo escribió hace más de una década para sus propios hijos y ahora lo ha desempolvado.
Un cuento para niños encerrados
El fantasma de la pandemia también ronda a su alrededor. Es para «los niños encerrados, o incluso los que vuelven a la escuela en estos tiempos extraños e inquietantes», dijo.
Los dos primeros capítulos introducen al Rey Fred “el Intrépido”, gobernante de Cornucopia, y a Bert Beamish niño de cinco años.
Los lectores también conocen al temible monstruo: el Ickabog. Su fama no es muy buena pues de él «se dice que se come a los niños y a las ovejas».
A partir del segundo capítulo el libro se vuelve más oscuro. Comienza el protagonismo de a Bert Beamish, un niño convencido de que el Ickabog había comido las ovejas locales.
“Un feliz recuerdo familiar”
JK Rowling dijo que originalmente quiso publicar la historia después de la última novela de Harry Potteren 2007. Pero decidió posponer la publicación y mantuvo en hibernación el texto.
Este libro a diferencia de las peripecias del mago con lentes está cargado de una atmósfera íntima y familiar. Fue escrita pensando que debe ser leída en voz alta. Sin embargo es adecuada para ser leída a solas por niños de entre siete y nueve años, dijo.
«Con el tiempo llegué a pensar que era una historia que pertenecía a mis dos hijos más pequeños. Se la leía por las tardes cuando eran pequeños, lo que siempre ha sido un feliz recuerdo familiar».
Que lo ilustren los niños
Rowling también ha pedido a sus lectores que dibujen sus propias ilustraciones para incluirlas en los libros publicados.
«¡Quiero ver que la imaginación se desborde!», escribió. «La creatividad, la inventiva y el esfuerzo son las cosas más importantes. ¡No buscamos necesariamente la habilidad más técnica!».
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El Ickabog se publicará en su versión física en inglés en noviembre. Los derechos de autor serán destinados «a ayudar a los grupos que han sido particularmente afectados por la pandemia».