El nombre original del chalcatongo mixtec dice mucho de su carácter: Ñuù Sàu, «lengua de la lluvia». Al igual que la lluvia, este idioma amerindio desliza sus expresiones sobre tonalidades. Aunque se trate de la misma agua cayendo desde el cielo, el cariñoso murmullo de una llovizna difiere de la reciedumbre de un chaparrón.
Esa expresión tonal es explicada por Aurora Pérez, investigadora del chalcatongo mixtec y creadora del Diccionario contextual mixteco de Ñuu Ndeya. La BBC se encargó de publicar sus disertaciones sobre este interesante idioma.
Chalcatongo mixtec tonal
En este tipo de lengua las vocales se pronuncian con un tono específico que es relevante para el significado de la palabra. El juego de tonos es un fenómeno muy conocido para los lingüistas. Una gran parte de las lenguas del mundo (por ejemplo el chino) es tonal, pero suele desorientar a aquellos que solamente hablan lenguas no tonales como el español o el inglés.
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En el chalcatongo mixtec hay tres tonos, que se escriben mediante acentos: alto (á), medio (a) y bajo (à). Por ejemplo, yáá (blanco), yaa (lengua) y yàà (música, ceniza o regresar)
Pérez explica que generalmente no hay contrastes de tonos fuertes o claros. Quienes no estén acostumbrados a la tonalidad, tendrán dificultad para oír bien los tonos o reproducirlos. Igualmente puede confundirse tono con énfasis, identificando el énfasis con el tono alto.
En el chalcatongo mixtec, no hay absolutamente ninguna diferencia entre una pregunta que se debe contestar con un sí o no y una afirmación. También combina varias estrategias para tener una correspondencia entre los pronombres y los verbos que pueden aparecer en diferentes posiciones en la oración.
Una de las diferencias con el idioma español es que la lengua mixteca tiene seis vocales. Las cinco que también tiene el castellano (a, e, i, o, u) más la /i/, que se llama «i herida» o «i tachada».
Además, las vocales del chalcatongo mixtec, a diferencia de las españolas, pueden ser cortas o largas. La distinción se expresa escribiendo la vocal corta con una letra y la larga con dos (aa, ee, etc.), y cuando no se pronuncian bien pueden producir confusiones.
Libertad sintáctica
Otro detalle diferente al español es el orden sintáctico de las palabras que generalmente es bastante libre. Esta libertad incluye la posible omisión de los verbos ser o estar. Ejemplo, tú vàha jà snáayo [no (es) bueno que perdamos]. Kuahà sndikì síhí uán [muchas vacas (están) allí].
No se sabe con exactitud cuántas personas lo hablan en la actualidad. Sin embargo se calcula que cerca de medio millón de personas utilizan el dzaha dzaui, el nombre original de la lengua mixteca. Actualmente se habla en Oaxaca, Puebla y Guerrero en México y en varios estados de Estados Unidos, como California.
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El chalcatongo mixtec, como muchas variantes dialectales de lenguas originarias, compone la lista de lenguas que están en peligro de extinción. Esto se debe a que no se enseña en las escuelas y muchos jóvenes no la hablan por vergüenza y discriminación.
«No hay que hablar la lengua porque hay que civilizarse, esa es la mentalidad. Primero imponen y quitan la lengua y después critican que ya no se habla», afirma Pérez. La experta subraya que a pesar de esta carga prejuiciosa se trata de una lengua hermosa por su carácter poético y musical.