Es un largo nombre: Fiebre Hemorrágica de Crimea Congo, abreviada por sus siglas, la FHCC. Contrasta esta extensión con el pequeño animal responsable de su transmisión. La garrapata Hyalomma. No es el único tipo de ácaro implicado, pero si el protagonista principal. La construcción del nombre también le otorga un carácter exótico. Una calamidad de tierras lejanas.
Sin embargo, no es tan lejano como aparenta. Se encuentra en España, circulando en los cuerpos de las diminutas garrapatas, aferradas a los tibios cuerpos de jabalíes y cabras. La Fiebre Hemorrágica de Crimea Congo ya cobró una víctima humana.
La FHCC está circulando
Un hombre salmantino de 69 años había presentado una sintomatología inespecífica por la que se encontraba en tratamiento. Su estado se fue agravando hasta su ingreso en el hospital. Allí descubrieron una lesión negruzca en una pierna. En días previos había sufrido una picadura de garrapata. El paciente murió días antes de conocerse el diagnóstico.
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Isabel García Fernández de Mera, Investigadora del proyecto “CrimeaCaLM”, de la Universidad Castilla-La Mancha en España se encarga de explicar el desarrollo de la afección. The Conversation recoge sus señalamientos.
El virus de la FHCC está clasificado en el grupo 4, de máximo riesgo biológico. Ocasiona una enfermedad zoonótica que posee una tasa de letalidad muy variable entre cepas y en función del estado de salud del paciente. Es el virus transmitido por garrapatas con mayor distribución geográfica a nivel mundial. Afecta tanto a personas como a animales domésticos y silvestres.
Primero en animales
Este virus se detectó inicialmente en Crimea en 1944 y hoy en día está ampliamente distribuido en los continentes africano, asiático y europeo. En España, la FHCC se detectó antes en animales que en personas.
En España se detectó por primera vez en garrapatas recogidas sobre ciervos, en Cáceres, en 2010. Los primeros casos conocidos en personas se remontan a verano de 2016. En ese año murió un hombre de 62 años tras picarle una garrapata en Ávila. En este caso también se infectó una enfermera que le atendió.
En agosto de 2018 falleció otro hombre, un avileño de 74 años, tras haber sufrido una picadura de garrapata mientras cazaba en Badajoz. Otro caso de la FHCC de ese mismo año fue constatado realizando un estudio retrospectivo de un caso de fiebre de origen desconocido. Esta vez ubicado en la provincia de Salamanca.
Hasta la fecha se han confirmado en España 6 casos en personas, tres de ellos letales. La distribución de los casos se centra en las provincias del centro-oeste de la península. Esta sería la primera pista para su rastreo.
Prefieren a los ungulados
Estudios en garrapatas de la misma zona encontraron un 3,5% de garrapatas positivas al virus en ungulados silvestres como ciervos o jabalíes. Recientemente se han descrito proporciones aún mayores de garrapatas infectadas, pero siempre recogidas sobre animales silvestres. Esto ofrece una segunda pista: el virus de la FHCC circula mucho, aunque principalmente de forma inadvertida.
La grarrapata Hyalomma es muy comunes en los ambientes mediterráneos, cuyos adultos prefieren parasitar a los ungulados. Esto es, jabalíes, cérvidos, ovejas y cabras domésticas. Pero pueden incluir también a personas como proveedores de sangre.
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Estos animales silvestres resultan clave para el mantenimiento de las garrapatas. Y de ahí la tercera pista: la sobreabundancia de ciervos y jabalíes podría estar contribuyendo al mantenimiento de las garrapatas. Y estos a su vez son vectores para la transmisión del virus.
Por tanto, el primer mensaje es de tranquilidad. Si bien virus circula mucho,sólo se han producido tres casos fatales en cuatro años. El asunto es serio, pero no alarmante. Sin embargo, convendrá estar atentos y tomar las debidas precauciones.