La posibilidad del impacto de un asteroide no sólo es un temor, también ha demostrado ser una fascinación. ¿De dónde proviene ese encantamiento? Quizás la respuesta se encuentre en un antiguo temor, residuo de los tiempos en los cuales buscábamos respuestas contemplando el cielo.
Un objeto celestial que se acerca a nuestro planeta no puede hacerlo impunemente. Muchos kilómetros antes ya viene manchado de nuestros asuntos humanos. El asteroide 2018VP1, no es la excepción. De entrada ya le cambiaron el insípido nombre. De llamarse como una contraseña, pasó a ser rebautizado como “el asteroide de la muerte”.
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Pero el impacto de un asteroide en estos momentos también se ancla en un acontecimiento mundano: las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. Impactará un día antes de que uno de los países más convulsos y problemáticos del planeta decida su destino político.
¿El impacto de un asteroide electoral?
Sin embargo, para desilusión de aquellos que esperaban que una extraordinaria explosión acabara de una vez por todas con la agria disputa entre demócratas y republicanos, los eventos no ocurrirán de esa manera. Un artículo de Science Alert aclara la situación.
Como su nombre sugiere, fue descubierto en 2018 cuando estaba a unos 450.000 kilómetros de la Tierra. Tiene un período orbital de dos años, y actualmente está en camino de vuelta hacia nosotros. Afortunadamente, este no es uno de los muchos asteroides que no conocemos hasta que ya han explotado, o pasado volando.
Esta vez, sin embargo, se estima que el asteroide de clase Apolo se encuentra a 4.994,76 kilómetros de la Tierra. Eso está muy cerca en términos espaciales. Debido a su cercanía hay una ligera probabilidad (1 en 240 o 0,41 por ciento) de que golpee la Tierra el 2 de noviembre de 2020.
Como un coche pequeño
Un twitter de Nasa Asteroid Watch lo planteó en simples palabras desmitificando la noticia del impacto de un asteroide. “El asteroide 2018VP1 es muy pequeño, aproximadamente 6,5 pies, y no representa ninguna amenaza para la Tierra! Actualmente tiene una probabilidad del 0,41% de entrar en la atmósfera de nuestro planeta. Pero si lo hiciera, se desintegraría debido a su tamaño extremadamente pequeño”.
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De modo que el supuesto “asteroide de la muerte” es sólo del tamaño de un coche pequeño, alrededor de 2 metros de diámetro. La lista de la NASA de objetos potencialmente peligrosos tiene un corte mínimo de 140 metros. El asteroide que mató a los dinosaurios tenía un mínimo de 10 kilómetros (6 millas) de diámetro en el impacto, después de que perdió parte de su volumen en su descenso.
Los asteroides del tamaño de 2018VP1 se queman y disuelven fácilmente en la atmósfera mucho antes de llegar a la tierra. Así que, aunque hay muchas posibilidades de que un día el impacto de un asteroide provoque daños significativos a la Tierra, definitivamente no es el caso del 2018VP1.