Europa aporta su grano de arena a través de la Misión Hera a los esfuerzos de la humanidad para desarrollar la capacidad de desviar asteroides peligrosos para la Tierra.
La Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés) confirmó a través de un comunicado que adjudicó un contrato. Todo por un monto de 129,4 millones de euros para el diseño, fabricación y ensayos.
A la ambiciosa tarea la bautizaron como la Misión Hera en honor a la diosa del matrimonio. Y demostrará que la humanidad está preparada para desviar un asteroide que amenace impactar contra la Tierra. Forma parte de un programa de vigilancia y observación de la NASA y la ESA. Lo denominaron Evaluación del Impacto y Desvío de un Asteroide (AIDA).
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La sonda será enviada para explorar un sistema binario de asteroides a partir de 2024. El contrato lo firmaron Franco Ongaro, director de Tecnología, Ingeniería y Calidad de la ESA y Marco Fuchs, CEO de la empresa aeroespacial alemana OHB.
Antes la sonda espacial DART, que será lanzada en julio de 2021, impactará contra Didymoon en septiembre de 2022. Será una colisión cinética a hipervelocidad.
Se estima que el choque se producirá a 7 kilómetros por segundo para simular lo que podría ser un impacto contra la Tierra. Se trata de la primera demostración de la técnica conocida como el impactador cinético. El objetivo se dirige a provocar el cambio del movimiento de un asteroide en el espacio.
Misión Hera en el espacio
Después la Misión Hera ejecutará un estudio de seguimiento detallado tras el impacto. El propósito consiste en convertir este experimento a gran escala en una técnica repetible de desvío de asteroides.
Asimismo, Hera demostrará varias tecnologías novedosas, como la navegación autónoma alrededor del asteroide. Se trata de algo parecido a la de los vehículos sin conductor en la Tierra. La recopilación de datos fundamentales permitirá a los científicos planificar misiones futuras. También podrán entender mejor la composición de los asteroides y su estructura.
La Misión Hera también desplegará por primera vez en el espacio profundo CubeSats, una tecnología noruega capaz de realizar mediciones de densidad de electrones con alta resolución espacial. Así los europeos podrán estudiar el asteroide de cerca.
Los CubeSats son dos mininaves del tamaño de un maletín y volarán como drones que capturarán datos vitales sobre el cráter de impacto. En caso de una amenaza real sus datos serán utilizados.
De igual forma el módulo LICIACube de fabricación italiana (junto a dos observatorios terrestres) tendrá otro trabajo. Registrará el impacto y el potencial cambio de trayectoria del asteroide más pequeño.
Los científicos europeos estiman que la Misión Hera llegará al sistema de Didymos a finales de 2026. Allí permanecerá unos seis meses mientras realiza los estudios de cerca.
El control de la misión tendrá su base en el Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) con sede en Darmstadt (Alemania). En ese mismo lugar también se encontrará el nuevo programa Seguridad y Protección del Espacio, de la ESA, del cual Hera forma parte.
Todas las tecnologías necesarias para desarrollar el plan ya están en marcha. Italia trabaja en los subsistemas de generación de energía eléctrica y propulsión. Además suministrará el transpondedor para comunicaciones desde el espacio profundo que hará posible el experimento de radiociencia de la misión.
Defensa planetaria
Bélgica desarrolla el ordenador de a bordo y el software de la Misión Hera, que constituirá el cerebro de la nave. También elabora la unidad de acondicionamiento y distribución de potencia, que será el corazón del subsistema eléctrico. De igual forma participa en el desarrollo de la cámara infrarroja térmica, a cargo de la Agencia Espacial Japonesa.
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Luxemburgo, por su parte, lidera el desarrollo del sistema de comunicación intersatelital. De ese modo los dos CubeSats se conectarán con la Tierra a través de una innovadora red que usará a Hera como relé de datos.
Portugal y Rumanía desarrollan el altímetro láser que proporcionará información clave para las funciones de navegación autónoma. Además, Rumanía crea la unidad de procesamiento de imágenes, el cableado y el equipo de pruebas eléctricas.