La nanomedicina ya encontró la fantástica estrategia de utilizar a los virus como agentes secretos que inducen al suicidio de las bacterias.
Como en la novela La guerra de los mundos la invasión de las bacterias y los virus en los organismos, en ocasiones lucen como una incursión marciana. En la actualidad varias empresas farmacéuticas han desarrollado la tecnología CRISPR.
El acrónimo en inglés significa clustered regularly interspaced short palindromic repeats. En español traduce repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas. CRISPR no es más que una herramienta molecular utilizada para “editar” o “corregir” el genoma de cualquier célula.
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La mayoría de la población tiende a mezclar y confundir tanto a las bacterias como a los virus. Sin embargo, ambos términos no son iguales. Es más, existen muchas diferencias entre ellos.
A un virus se le considera como un agente infeccioso intracelular el cual puede ser o no un patógeno. Además dispone de la capacidad de infectar, de replicarse y de adaptarse. Sin embargo, no siempre provoca enfermedades. Ellos requieren de huéspedes vivos (humanos, animales o plantas) para multiplicarse y sobrevivir.
En cambio las bacterias son organismos procariotas, es decir, que no tienen núcleo verdadero. Ellas suelen localizarse en ciertas partes del cuerpo humano. Comprenden diferentes tipos de microorganismos según el lugar donde se ubiquen. Muchas veces protegen al organismo contra infecciones provocadas por otros microorganismos. El inconveniente surge cuando son patógenas.
Ingeniería genética en acción
Los mecanismos de infección de las bacterias y los virus también son diferentes. Las bacterias tienen la propiedad de crecer y reproducirse por sí mismas sin infectar una célula. Ingresan al organismo se multiplican, producen toxinas y colonizan un tejido.
La prestigiosa revista Nature divulgó la novedosa técnica CRISPR para combatir a las bacterias que se hacen resistentes a los antibióticos. Para ello utilizan a los virus. Los ensayos clínicos pronto comenzarán.
Según Rodolphe Barrangou jefe científico de Locus Biosciences en Research Triangle Park, en Carolina del Norte (EEUU), con esta técnica salvaron a ratones sentenciados a muerte. Los roedores estaban infectados con bacterias resistentes a antibióticos.
El sistema CRISPR opera como una técnica de edición génica que permite cortar el ADN en un sitio específico para después editarlo. Algunos lo consideran como una verdadera revolución en materia de edición genética.
Las bacterias vs virus
Hoy tal vez el escritor de ficción Herbert George Wells, autor de la novelesca invasión marciana, estaría asombrado hoy si se enterase que la ciencia pondría a bacterias y virus a luchar entre sí. Los nocivos invasores del cuerpo humano ahora se encuentran en distintas trincheras.
Con la nueva tecnología cuando un virus infecta a un microorganismo, el ADN viral se fragmenta dentro de la célula y es incorporado al genoma del microorganismo. Pero no es añadido al azar, sino que lo hace entre las repeticiones CRISPR.
En síntesis cuando un virus infecta a una bacteria, su ADN se separa y se incluye en el genoma del microorganismo. Estos dan lugar a pequeños ácidos ribonucleicos que actuar como guías de CRISPR, para que este sistema reconozca y destruya el ADN del virus en una infección posterior. Los invasores mueren y la salud triunfa.