Mientras el mundo está lleno de avaros, egoístas y mezquinos, el multimillonario Charles Feeney donó toda su fortuna para vivir alquilado en un apartamento.
Cada vez más surgen influencers que usan las redes sociales como vitrinas de ostentación de su exclusivo estilo de vida. Pero el ultrarrico Feeney prefiere permanecer en el anonimato con un reloj de apenas 15 dólares. Vive como un monje.
El irlandés-estadounidense amasó su fortuna estimada en 9.000 millones de dólares a través de las franquicias Duty Free. En esas tiendas libres de impuestos vendía licores, cigarrillos y perfumes en los aeropuertos.
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Hasta que un día, hace tres décadas, decidió repartir en vida todo su dinero. Comenzó su humanitaria acción con la fundación Atlantic Philanthropies con el objetivo de deshacerse de su fortuna antes de morir.
Feeney a quien conocen como Chuck, ahora tiene 88 años. Su fundación considerada como una de las más grandes del mundo cesó en 2016. Sólo opera con el personal mínimo hasta que la fortuna del multimillonario sea donada en su totalidad.
Charles Feeney, un pionero
Ahora se le considera como un pionero de la filantropía que se basa en la acción de dar en vida. Comprueba con sus propios ojos el resultado de sus acciones caritativas, en lugar de donar después de muerto.
Casi toda su fortuna ha ido a parar en manos de organizaciones benéficas, universidades y fundaciones de todo el mundo. Sus donaciones las realizó de forma anónima, en secreto y en la clandestinidad. Otros filántropos utilizan sus recursos en campañas para promocionar sus acciones.
Por su sigilosa campaña caritativa mundial, la revista Forbes lo denominó el James Bond de la filantropía. Por ello a muchos le llama la atención que Charles Feeney carece del típico perfil del acaudalo.
Sin mansiones, fincas ni aviones habita en un apartamento alquilado en San Francisco. Los que lo conocen dicen que su habitación parece el inmueble austero de un humilde estudiante universitario. Sobre las paredes cuelgan fotos de sus familiares y amigos. “Es mucho más divertido dar mientras vives que dar después de morir”, aseguró.
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Hace algunas semanas Charles Feeney completó su misión. Firmó los documentos para cerrar su fundación Atlantic Philanthropies. El evento realizado a través de la plataforma Zoom incluyó mensajes en video de Bill Gates y el exgobernador de California Jerry Brown.
Sin dinero
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, tambien participó. Envió una carta oficial del Congreso de los Estados Unidos en agradecimiento al altruista Charles Feeney por su desinteresada labor.
En sus tiempos de esplendor, Atlantic Philanthropies tenía más de 300 empleados y diez oficinas globales en el mundo. Apostó por salud, ciencia, educación y acción social.
Donó 3.700 millones de dólares a la educación, incluidos casi mil millones a la universidad Cornell donde se formó. Ya su vida como filántropo acabó. Ya no tiene más dinero que dar. Apenas reservó dos millones de dólares para contingencias de salud, pues a sus 88 años los achaques son comunes.
Como multimillonario su estilo de vida influyó en otros acaudalados hombres, entre ellos Bill Gates. “Todos seguimos sus pasos”, dijo el cofundador de Microsoft.
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