Mientras fallecían miles de personas por la letal COVID-19, cuyo epicentro fue la ciudad de Wuhan, China armó crisis de la enfermedad para su propio beneficio.
Tras el estallido de la pandemia también explotaron diversas teorías conspirativas. Algunas señalan que China aprovechó la mortandad para pasar de victimario a víctima. Toda una estrategia que parece funcionarle.
Existen otras teorías a la carta. Todo depende de la imaginación de quien las formule. Algunas plantean que el microorganismo se creó en un sótano de Virginia. Acusan a Bill Gates, a la CIA y a los laboratorios militares estadounidenses.
Sin embargo, desde que se conoció la existencia de la enfermedad COVID-19 en Wuhan, surgieron especulaciones también algo descabelladas. Unos decían que era un arma biológica diseñada por China la cual se escapó de su control. Después el mortal virus se difundió sin que la pudieran contener.
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Lo cierto es que tras la crisis, China armó su propia estrategia. Le atribuyen al Partido Comunista de China la teoría según la cual la COVID-19 lo llevó EE.UU a Wuhan. Durante una competencia militar en Octubre de 2019 habrían liberado la cepa sin que nadie se enterara. Las tropas llevaron el virus y desaparecieron.
Para atajar una futura polémica salió al paso el director de la Oganización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom. Anunció que la nueva enfermedad conocida como Gripe China se llamaría COVID-19. Todo ello por las iniciales de corona, virus y disease, enfermedad en inglés. Además el año en el que se descubrió.
China armó crisis
Adhanom quería evitar que el virus se refiriera a la ubicación geográfica donde surgió. Ese mismo altercado ocurrido en el pasado con el virus ébola de Zaire, con el zika, por el bosque de Uganda donde se le aisló en 1947. También como la espantosa Gripe Española de 1918, que por cierto no se originó en España.
Medios internacionales refieren que en Wuhan, donde se inició el brote, la dictadura ordenó destruir las muestras de laboratorio. Se trataba de una incipiente neumonía viral que sufrían los habitantes del lugar.
Casi un mes después reconocieron de manera pública la existencia de un mortal virus. Pero al mismo tiempo China armó su propia estrategia para enfrentar la crisis que se le avecinaba.
Por ello el secretario de defensa de EE. UU., Mike Pompeo, le pidió al Partido Comunista de China que detenga la guerra sucia. Negó que el nuevo coronavirus se propagó por primera vez en China por el ejército de los EE. UU.
Estrategia de negocios
Un informe de Reporteros Sin Fronteras reveló cómo China permitió que el coronavirus se convirtiera en pandemia. Según la organización no gubernamental, el gobierno chino ocultó a los medios la existencia de un brote epidémico.
El documento señala que la censura fue tan severa que tuvo como primeras víctimas a los médicos chinos. Los obligaron a tragarse sus palabras cuando quisieron alertar a la población. Desde el 25 de diciembre habían hecho pública sus sospechas. Presumían que la enfermedad nació en un asqueroso mercado donde venden animales salvajes para consumo humano.
Además obligaron a la red social WeChat -el WhatsApp chino- a suprimir palabras claves que aludían al brote de la Gripe China. Ahora Beijing ufana de haber controlado la crisis. Además envía médicos a Italia para tratar de ayudar a sus colegas. Al mismo tiempo China armó una estrategia de negocios.
En resumen China armó la crisis y después la utilizó para a inundar el mercado internacional de test rápidos para detectar el virus. Mientras tanto el gobierno de España les devolvió más de 50 mil test por considerarlos defectuosos.