La idea de acortar cuarentenas cala muy bien en los alemanes pues nadie tiene ganas de ir hacia otro confinamiento estricto por la pandemia de coronavirus. Ni a nivel nacional ni a nivel local. Sin embargo persiste el temor que los contagios de coronavirus pudieran aumentar para el otoño y el invierno.
Christian Drosten, director de Virología del Hospital Charité, de Berlín, tampoco desea un cierre de ese tipo. Por esa razón ha planteado algunas estrategias para evitar un nuevo confinamiento en el país europeo. La DW reseña en un artículo sus propuestas.
El plan de Drosten para acortar cuarentenas se dirige a una situación de emergencia, y no a cambiar la actual estrategia. Sus puntos más importantes están dirigidos a evitar por ejemplo, situaciones como el cierre completo de las escuelas o limitaciones de viajes.
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El seguimiento de la huella de los contagios es un punto clave. El virólogo alemán propone focalizarse en las fuentes de contagio grupales o clústeres sociales. Más que los contagios individuales, este tipo de reuniones resultan más impactantes para la propagación del virus.
Si se quieren acortar las cuarentenas este tipo de situación clúster debe atenderse oportunamente. Son las fiestas familiares, los eventos deportivos o escolares, las reuniones donde los contagios se propagan más fácilmente y donde pasan más tiempo inadvertidos.
Cómo acortar cuarentenas
De acuerdo a Drosten, una persona con síntomas debería ser interrogada sobre su asistencia a situaciones grupales recientes. Lo ideal es proporcionar al paciente una lista que contenga algunas de esas reuniones típicas del tiempo libre.
La idea proviene de Japón, explica el virólogo. Allí se ha logrado mantener en jaque al virus, entre otras cosas, gracias a ese método. Parte de la estrategia que pretende acortar las cuarentenas implica llevar una bitácora.
“Todos pueden colaborar llevando un diario en el que registren los eventos o reuniones en los que participan”, dijo Drosten en su podcast número 54. Él mismo aseguró que está llevando ese registro personal de actividades durante la pandemia.
“Cuando se ha detectado un grupo de contagio o clúster, esas personas deben aislarse en sus hogares. Cada uno de ellos tiene que quedarse en casa”, continúa Drosten. Así, el contagio quedaría limitado a determinado grupo de personas y no seguiría diseminándose.
Clúster social vigilado
Un clúster social aislado en casa es “una combinación de aislamiento y cuarentena”. El virólogo alemán lo cataloga como “tiempo de extinción del clúster”. Esta fase está pautada para durar cinco días. Este tiempo específico tiene una razón de ser.
“El período de infección empieza dos días antes de que se presenten los síntomas, y termina cuatro o cinco días después del inicio de los síntomas”, aclara Drosten. La mayoría de las veces, si alguien va al médico, es porque siente que está enfermo. “Es decir que, generalmente, ya pasaron cuatro o cinco días desde que el paciente sintió los primeros síntomas”.
Pendientes por cinco días
“En ese momento, sin embargo, ya es muy poco contagioso”, dice: “Si tenemos en cuenta los nuevos datos sobre la eliminación del virus que hace el organismo humano, un aislamiento de los miembros de un clúster durante cinco días sería suficiente”.
La siguiente fase de su plan para acortar las cuarentenas implica la aplicación de una prueba.Solo al finalizar los cinco días de extinción del coronavirus se realizaría un test. Pero al hacerlo, lo importante no es tanto verificar si hay o hubo una infección, sino si la persona todavía es o no contagiosa.
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Para aclarar eso se podrían usar las pruebas de antígeno, o hisopado, de las cuales en Alemania no hay suficientes. Al contrario de las pruebas RCP, cuyo resultado de laboratorio tarda más tiempo, las pruebas de antígeno son mucho más rápidas, al modo de un test de embarazo.
Si una persona obtiene un resultado negativo de una prueba de antígeno luego de cinco días de aislamiento, ya no sería considerada contagiosa, con lo cual podría salir de su casa. Aunque esto ayuda a estar preparados, Christian Drosten quisiera que su estrategia para acortar cuarentenas nunca deba ser puesta en práctica: “Sería bueno que en Alemania no tuviéramos una segunda ola”, espera.