Por momentos da la impresión que las noticias falsas son más relevantes que las otras noticias. ¿Cómo llamar a su contraparte? ¿Noticias verdaderas? Suena extraño resaltar su veracidad con un adjetivo. A pesar de la tradicional manipulación de los medios, hasta hace poco las noticias eran noticias a secas. Sin adjetivos.
Sin embargo, las “fake news” parece ser las que marcan la pauta. Están allí, conviviendo en la información cotidiana. Proliferan en las redes sociales y atraen gran atención. ¿Qué hace que la gente crea noticias falsas? ¿Afecta el posicionamiento político a la capacidad de discernir entre noticias falsas y verdaderas? ¿Depende esta capacidad de la orientación política de las propias noticias?
Noticias falsas y orientación política
Inés Alegre, profesora Asistente del IESE Bussiness School y Josep Valor, profesor Indra de Estrategias Digitales, ambos de la Universidad de Navarra, intentaron resolver estas preguntas. Para ello, llevaron a cabo un estudio cuyos pormenores fueron publicados en The Conversation.
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Se han realizado algunos estudios que examinan la difusión de noticias en Twitter. De particular interés es el estudio realizado por Sinan Aral y sus colegas del MIT. Este estudio analizó 126.000 hilos de tweets y descubrió que las noticias falsas alcanzan los 10 retweets veinte veces más rápido que las noticias verdaderas.
Los resultados determinan la presencia del sesgo de información en las personas, un elemento clave en las noticias falsas. Se tiende a creer noticias y teorías que son consistentes con una comprensión apriorística del problema, independientemente de su veracidad.
El estudio de la Universidad de Navarra quiso explorar el efecto del posicionamiento político de los individuos o cuán cerca están de la orientación política de las noticias.
Nuestro estudio quería explorar precisamente esto y para ello presentó a 444 personas 40 titulares que incluían una imagen y un subtítulo. De esas 40 noticias, 20 favorecían puntos de vista conservadores y las otras 20 a puntos de vista demócratas-progresistas.
Titulares falsos y verdaderos
De cada 20 titulares, 10 eran verdaderos y 10 falsos. Los titulares verdaderos se habían publicado en más de un medio de buena reputación. El conjunto de noticias falsas se copió de algunos de los sitios troll que generan historias falsas.
Cada encuestado tuvo que calificarse subjetivamente en una escala del 1 (muy progresista) al 10 (muy conservador). Luego, juzgar la veracidad de cada una de las 40 noticias en una escala de 1 (definitivamente falsa) a 10 (definitivamente real).
La relación entre la inclinación política y la tendencia a creer noticias falsas o no creer en las noticias verdaderas, requirió una precisión. Esta recaía en cada respuesta en función de cómo de cerca estaba su calificación de su valor “verdadero” de 1 (para falso) o 10 (para verdadero).Una precisión de 10 significaría que el encuestado dio un 1 por una noticia falsa o un 10 por una verdadera.
Cada encuestado también se calificó a sí mismo de 1 a 10 dependiendo de su posición política. Así tenía una calificación de afinidad con cada una de las 40 preguntas. De este modo, se pudo analizar cuán precisas eran las personas dependiendo de su afinidad a cada noticia.
Se reafirma el sesgo cognitivo
Los resultados demostraron que las personas tienden a creer cualquier noticia que esté cerca de su posición política, independientemente de su veracidad. También muestran que las personas son más precisas al juzgar las noticias, reales o falsas, que están lejos de su posición. Es decir, la precisión aumenta con la perspectiva, tanto para las noticias verdaderas como para las falsas.
Las diferencias en la precisión promedio son estadísticamente significativas y muestran que los progresistas son más precisos que sus homólogos conservadores. Siendo esta diferencia mayor en las noticias reales que en las noticias falsas.
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Es decir, los conservadores son estadísticamente menos precisos. Es decir, creen noticias falsas y no creen en las noticias verdaderas, en mayor proporción que los progresistas. Esta diferencia entre progresistas y conservadores contradice estudios previos donde esta diferencia era inexistente.
Conservadores más dogmáticos
Paralelamente, un estudio de ciencias políticas demuestra que los conservadores estadounidenses son más rígidos cognitivamente. Esto es, más dogmáticos y menos tolerantes a la ambigüedad que los progresistas.
En conclusión, el menor dogmatismo y la mayor capacidad de cuestionar las propias creencias más acentuada en los liberales, tiene una traducción directa en la capacidad de discernir noticias falsas de las verdaderas.