El uso del término TERF se ha convertido en un verdadero campo de batalla. Hay palabras, que como los seres humanos, tienen un destino difícil. En este caso es un acrónimo: Trans-Exclusionary Radical Feminist , en español “Feminista Radical Trans-Excluyente”. Las implicaciones de su empleo involucran a militantes de distintas posturas en incluso especialistas en lenguaje. No la tiene nada fácil la cargada palabrita.
Internet ha sido el terreno en donde se enfrentan los puntos de vista encontrados sobre su utilización. Así, TERF es protagonista de encendidos argumentos, principalmente entre mujeres trans y mujeres cisgénero. Estas últimas son las féminas que se identifican con su género biológico.
¿TERF es un insulto?
Una de las últimas batallas en torno al acrónimo la protagonizó la escritora JK Rowling. En su blog emplea el calificativo TERF de forma peyorativa y esto encendió las antorchas militantes. Rowling, quien ha sido calificada como tránsfoba, no tiene duda en considerar la palabra como un insulto.
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Generalmente TERF alude a feministas que no reconocen a las mujeres transgénero como mujeres desde la defensa del sexo biológico. Desde esa idea, cuestionan las regulaciones que incluyen a mujeres trans en espacios como los baños.
Estar en un limbo
Ser TERF igualmente implica rechazar la autodeterminación de género. Bajo esta condición un hombre se puede identificar como mujer sin someterse a tratamientos hormonales o cirugía de reasignación de sexo.
Pero hay otras interpretaciones. La feminista Germaine Greer ha expresado que las mujeres trans se encuentran en una especie de limbo. No importa que exista o no cirugía de por medio. “No lucen, suenan ni se comportan como mujeres”.
Complicación trans
La palabra TERF la usan con frecuencia mujeres transgénero para referirse a quienes no las aceptan. Jennifer Saul, especialista en feminismo y filosofía política y social del lenguaje señala la controversia que acrónimo despierta. “ Desde el activismo trans y desde el activismo anti-trans, se dicen cosas extremadamente ofensivas sobre el otro y en internet”.
Grupos de mujeres calificadas como TERF dicen que equivocadamente se las asocia con la transfobia. Se oponen a ser calificadas como “trans-excluyentes” ya que su ideología incluye a los hombres trans (nacidos biológicamente masculinos).
¿Y las cisgénero?
Por su parte, quienes pertenecen al Fair Play for Women (“Juego limpio para las mujeres”, en español) enfatizan el rol de las mujers cisgénero. Argumentan que ellas no están siendo escuchadas.
Figuras como JK Rowling y Chimamanda Ngozi Adichie insisten en trazar distinciones entre mujeres transgénero y mujeres cisgénero. Rowling escribió que el movimiento por el activismo trans está erosionando a la mujer “como clase política y biológica”.
Cada trans es única
Al otro lado del debate TERF, hay mujeres transgénero que se oponen fervientemente a estas posturas. Es el caso de Ninotska Love, la “primera mujer abiertamente transgénero” en ingresar a la prestigiosa Universidad de Wellesley (EE.UU.). “Una vez una mujer cuestionó cómo podía reclamar mi feminidad si no era mujer. Le contesté que jamás reclamé mi masculinidad antes de hacer la transición [a mujer]”.
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” Una mujer trans es muy diferente a otra mujer trans. Yo no me consideraría un hombre en lo absoluto”, señala. “En muchas ocasiones, las personas que son TERF no lo reconocen de frente, sino detrás de una computadora”.
En última instancia, La filósofa Jennifer Saul sostiene que resulta complicado usar la palabra TERF.”Es difícil tener una discusión fructífera al utilizar el término porque el discurso alrededor es muy incendiario”.
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