Cuando el robot humanoide apareció por primera vez en las revistas de comic de los años 50, sus lectores lo atribuyeron sólo a la prolija imaginación de sus creadores.
Nunca imaginaron que gracias a la Inteligencia Artificial en 2020 saldría de los laboratorios el primer perro policía. En efecto la Policía Estatal de Massachusetts llegó a un acuerdo con la compañía de ingeniería y robótica Boston Dynamics. Durante tres meses probarán al modelo Spo en entornos controlados para perseguir delincuentes y localizar explosivos.
Tras conocerse la noticia los ciudadanos se preguntan hasta dónde será capaz de llegar la Inteligencia Artificial (IA). Se trata de un desafío que los expertos valoran cada día y que consideran como una encrucijada de muchos subdominios.
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Para ello deben moldear la integración de los humanoides con los seres humanos. La IA pone a prueba software que denominan deliberativos diseñados para hacer más eficaz la interacción hombre-robot. La frontera tiende a estrecharse y pronto nadie notará la diferencia entre un humano y un humanoide.
Humanoide vs humano
El desafío consiste en que las máquinas ejecuten tareas colaborativas con los humanos. El software se encamina a que el humano y el robot compartan labores y espacios comunes. Además el humanoide será capaz de manipular objetos y tomar decisiones a la par de sus compañeros humanos.
Pronto el androide podrá reconocer, comprender y participar en situaciones explícitas e implícitas socialmente aceptadas. El robot cognitivo tendrá que compartir con éxito el espacio y las tareas con los humanos. Los resultados experimentales indican que cada vez están más cerca de lograrlo.
Sin embargo, existe una pregunta recurrente. ¿Estamos los humanos preparados para que los humanoides caminen entre nosotros?
La respuesta es evidente. No, al menos todavía. Pero el debate sigue abierto. La capacidad de sortear obstáculos físicos era la gran barrera de la robótica y la compañía Boston Dynamics lo logró.
Hasta hace pocos días un humanoide eran muy torpe, los pequeños obstáculos físicos lo desarmaban. Jugar al ajedrez es ahora un logro del pasado para la IA.
La era de los robots
El modelo Spo es capaz de recoger y manipular objetos, mantiene el equilibrio y dispone de cámaras de 360 grados con sensores térmicos. El Ceo de la firma, Marc Raibert, para adelantarse a las críticas se pronuncia por un uso responsable de Spo.
Los detractores de la robótica insisten en que no es descabellado pensar al humanoide se le utilicen a mediano plazo en guerras. Es cierto que el uso de robots en materia de seguridad arroja inquietantes dilemas morales. Otra preocupación que salta a la luz del desarrollo indica que no se puede dejar en manos de los robots decisiones trascendentales. Por ejemplo autómatas militares que deciden quien vive y quien muere.
Algunos críticos van mucho más allá y hablan de robot asesinos. Temen que no puedan ser controlados a distancia y en tiempo real. Por ahora se desconocen los programas de la robótica militar que se desarrollan en secreto. Advierten que en una guerra nadie sabrá la diferencia. Descocerán si el que está a punto de matarlo es un humano o un humanoide.