En el epílogo de la Primera Guerra Mundial, uno de los mayores derramamientos de sangre de la historia, la humanidad conoció a la Gripe Española, un asesino silencioso y misterioso que llegó como se fue.
Durante el verano de 1920 la pandemia el virus desapareció tal y como había arribado. Un siglo después la comunidad científica desconoce con precisión el germen de la epidemia.
La Gripe Española mató entre 1918 y 1920 a más de 40 millones de personas en todo el mundo. El sigiloso virus acabó con más personas que la misma conflagración, cuya cifra se estima en 31 millones de víctimas.
Hoy es considerada la pandemia más devastadora de la historia. Un siglo después aún no se sabe cuál fue el origen de la devastadora epidemia.
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Sin embargo, algunos investigadores afirman que el enigmático virus empezó en Francia en 1916 o en China en 1917. Pero otros estudios ubican los primeros casos en la base militar de Fort Riley, Estados Unidos, el 4 de marzo de 1918.
Se sospecha que debido al hacinamiento en algunos campamentos militares propiciaron la propagación del virus. Después sus tropas cuando se incorporaron a la Gran Guerra la trasladaron al continente europeo. Allí diseminaron la letal Gripe Española.
Los primeros contagios
Después de registrarse los primeros contagios en Europa la gripe pasó a España. Se trataba de país neutral en la guerra Mundial. Por ello no censuró la publicación de los informes sobre la enfermedad. Mientras tanto otros países inmersos en el conflicto ocultaban el virus y sus consecuencias.
Los periódicos españoles fueron los primeros en informar sobre una rara enfermedad que estaba mataba en pocos días a la población. Pero en el resto de Europa los medios callaban. Más importante era la guerra. No querían desmoralizar a las tropas ni alertar al enemigo. En verano de 1918 ya se le conocía en todo el mundo como la Gripe Española.
Por ser la única nación que divulgó la enfermedad provocó que la pandemia se bautizara luego como la Gripe Española. Aunque la pandemia no tuvo a España como epicentro, si fue el país más afectado.
En esa ocasión se registraron 8 millones de personas infectadas y 300.000 fallecidas. Se cree que por diversas razones jamás llegó a investigarse en foco del virus que mataba a jóvenes y adultos saludables.
El mote de la Gripe Española
El virus se manifestaba con una fuerte fiebre, dolor de oídos, fatiga, diarrea y vómitos. Las víctimas perecían debido a una neumonía bacteriana. En ese entonces no se contaba con antibióticos disponibles. Algunos morías en sólo cinco días con hemorragia pulmonar aguda masiva o con edema pulmonar
La penicilina fue descubierta por Alexander Fleming en 1928. Llegó ocho años después de que desapareciera la misteriosa enfermedad. Era común ver a policías con mascarillas en sus rostros. Aunque fuesen inútiles la población solía utilizar máscaras confeccionadas con tela y gasa. La gente se sentía más tranquila.
La feroz pandemia nunca entendió ni de fronteras ni se bandos. La Gripe Española acabó con toda una generación joven, fuerte y sana. Se marchó en secreto como llegó. Pero antes se aprovechó de la promiscuidad de los militares y de los movimientos masivos de civiles. Desde entonces a los españoles heredaron el mote de esa brutal pandemia.