Nadie se imaginaba el increíble final del Cirque du Soleil, tal vez la compañía de espectáculos escénicos más importante y populares del mundo.
Pero ocurrió lo impensable, la caída de un gigante. El coronavirus con la consecuente suspensión de funciones condujo a la mayor productora de teatro del globo a la bancarrota.
El emporio culpó de su quiebra a la “interrupción inmensa y el cierre forzado de espectáculos como resultado de la pandemia de la COVID-19”. La empresa con sede en Montreal, ahora intenta reflotarse con la ayuda del gobierno canadiense.
Los espectáculos del Cirque du Soleil combinaban música, danza y actos circenses. El contorsionismo, danzas aéreas, malabarismo, acrobacias y gimnasia sobre trapecios formaron parte de su portafolio.
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Durante tres décadas hombres y mujeres funambulistas que corrían sobre alambres y cuerdas dejaban boquiabiertos a los espectadores. Sus eventos los llevaron a todos los continentes, pero el coronavirus se cebó con ellos.
Ahora para tratar de sobrevivir la compañía anuncia el despido de 3.480 empleados que se encontraban suspendidos desde marzo. De manera adicional solicitó a un tribunal superior provincial su aprobación para reestructurar la compañía que ya se encontraba en dificultades financieras antes del estallido de la pandemia.
El ocaso del Cirque du Soleil
Pero el Cirque du Soleil se niega a morir así. Tres inversionistas del circo aportarán 100 millones de dólares. Ellos son TPG Capital, la china Fosun Capital Group y la institución financiera Caisse de Dépôt et Placement du Québec. Además el Gobierno de Quebec proporcionará inyectará otros 200 millones de dólares.
El fondo de inversiones TPG tiene un 55 por ciento de propiedad de la compañía. Asimismo Fosun controla el 25 por ciento y la entidad financiera Caisse de Dépôt et Placement du Quebec, el 20 restante.
El plan para mantener a la famosa compañía de espectáculos conectada a los resucitadores contempla también crear dos fondos por 20 millones de dólares. Con esos recursos compensarán en parte a su personal que se encuentra con los brazos cruzados y a los contratistas.
El presidente y consejero delegado del Circo del Sol, Daniel Lamarre, declaró que “durante los pasados 36 años, Cirque du Soleil ha sido una organización muy exitosa y rentable”. Sin embargo, “sin ingresos desde el cierre forzado” de todos sus espectáculos debido a la Covid-19, la dirección “ha actuado de forma decisiva para proteger el futuro de la compañía”.
Vuelta con asientos vacíos
Si todo marcha como se cree, la compañía pretende volver a contratar a la mayoría de empleados despedidos durante la pandemia. Todo dependerá de las condiciones económicas y cuando se puedan reiniciar las operaciones.
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Por lo pronto, sólo los entusiastas apuestan a que el espectáculo vuelva a ser lo que fue. Se teme que tras la pandemia los eventos masivos sufran una sustancial merma. El temor a sufrir contagios y las normas que establezcan las autoridades dejarán muchos asientos vacíos.
Antes que de desatarse el coronavirus en China el Cirque du Soleil operaba 44 espectáculos en todo el mundo. De pronto todo se vino abajo. Cerró el telón y permanece allí abajo. No se sabe hasta cuándo. Cayó el gigante.