Beate Uhse nació en 1919 y escuchó por primera vez la historia de Icaro a los ocho años. Se la contó su hermano mayor en Wargenau, Prusia Oriental. Desde ese momento, el mito se apoderó de su alma y solo quiso volar. Todos los niños siempre quieren volar, pero a la pequeña Ushe no le bastaba el anhelo. De modo que construyó unas alas rudimentarias con plumas de pollos y se lanzó de un balcón.
Ese fue su primer vuelo. Afortunadamente sus padres no intentaron apagar esa vehemencia y siempre alentaron sus deseos Además, la ayudaron a obtener una buena educación. Eran personas abiertas y desprejuiciadas que informaron a sus hijos sobre asuntos sexuales tempranamente.
Beate Uhse alza el vuelo
Durante un viaje a Berlín, su padre conoció a un profesor de deportes de motor del Aeroclub alemán y le comentó que su hija «estaba loca por volar». Al profesor le entusiasmó el deseo de la muchacha y le enseñó a Beate, de 17 años, cómo obtener una licencia de vuelo. En 1937 Beate Uhse se unió a la escuela de pilotos Rangsdorf cerca de Berlín.
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Su desempeño como piloto abarcó una intrépida carrera. En 1938, aprobó el examen piloto de acrobacias y poco después compitió en una carrera en Bélgica donde ganó en su categoría. Trabajó como piloto de pruebas y luego a los 19 años realizaba repartos para una empresa berlinesa. Poco después, la compañía de películas UFA le pidió que trabajara como doble de películas.
Se casó con su instructor de acrobacia aérea justo cuando estaba comenzando la Segunda Guerra Mundial. El conflicto le impidió continuar con el pilotaje pero la Lufwaffe la contrató para transportar aviones militares. En 1943, nació su hijo Klaus. Se le permitió continuar volando por la importancia estratégica de su trabajo.
Escape de Berlín
En 1945, su esposo Hans-Jürgen murió en un accidente aéreo, dejando a Beate viuda a los 24 años con un hijo de un año. Con Berlín rodeado por los soviéticos, Beate Uhse recurrió a un pequeño avión cuyo tipo nunca había volado. En unos minutos estudió el manual y con su niñera, su hijo y dos heridos abandonó la batalla de Berlín.
Aterrizó en Leck, en el norte de Frisia. Allí fue capturada por las fuerzas británicas. Después de su liberación, se instaló en Flensburg, en lo que se convertiría en Alemania Occidental, con su hijo.Para sobrevivir en los «años de hambre» de la posguerra de Alemania Occidental, recurrió al mercado negro. Vendiendo productos de casa en casa, Beate Uhse se enteró de un problema fundamental de las amas de casa.
Comienza su otra vida
Los exsoldados embarazaban a sus esposas sin considerar la grave situación económica. Uhse recordó las enseñanzas de su madre sobre sexualidad, higiene sexual y anticoncepción. Buscó información sobre el método anticonceptivo de ritmo Knaus-Ogino. Luego editó un folleto que explicaba a las mujeres cómo identificar sus días fértiles e infértiles. Esta guía encontró ávidos compradores.
Nacía así la segunda carrera de Beate Uhse. Para 1947, había vendido 32.000 copias del «Folleto X» a través de su compañía de pedidos por correo «Betu», y comenzó a expandirse a ciudades más grandes como Hamburgo y Bremen. Muchas personas escribieron sus cartas pidiendo consejos sobre sexualidad y erotismo. «Estas personas desconocían los hechos de la vida», escribió en su autobiografía. Pronto ella también vendía condones y «guías matrimoniales».
En 1951, con cuatro empleados, comenzó la Beate Uhse Mail Order Co., ofreciendo condones y libros sobre «higiene matrimonial». Dos años después, la compañía tenía 14 empleados. Uhse se casó con el minorista Ernst-Walter Rotermund, y tuvo un segundo hijo.
El primer sex shop
En 1962, en Flensburg, abrió su «tienda especializada en higiene matrimonial, considerada como el primer sex shop. Con el tiempo, el negocio de Beate Uhse cambió. A principios de los 60 la píldora anticonceptiva hizo mella en la venta de condones. Mientras que la mejora de la educación sexual en las escuelas disminuyó la necesidad de libros básicos de sexualidad. Al mismo tiempo, la prosperidad de Alemania Occidental y la flexibilización de las regulaciones expandieron el mercado de la pornografía.
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Beate Uhse era más una astuta mujer de negocios y cambió de rumbo. En los años 80, la expiloto era más conocida como vendedora existosa de porno. En poco tiempo, su empresa, la epónima Beate Uhse, se había convertido en la mayor empresa erótica de Alemania. El negocio de Beate Uhse continúa comerciando en toda Europa bajo los nombres de Beate Uhse, Pabo y Adam et Eve.
Uhse murió de neumonía en 2001, y sus honras fúnebres se realizaron con música country y de Freddie Mercury, como fue su voluntad.