La inmunidad de grupo pareciera ser la tenue cristalización de una esperanza. Aquellos que la mencionan como alternativa frente a la pandemia mueven algo parecido a una fe cruda en el universo. Parecieran decir “Nos curaremos solos, la naturaleza se encargará de sanarnos”. Es como si el término formara parte de un hexagrama del I-Ching, donde el Tao operara un equilibrio provechoso.
Pero al traducir esas expectativas al parco lenguaje científico, el panorama adquiere otra tonalidad. El estudio ENE-COVID19 coloca las aspiraciones de inmunidad en su justo lugar y despoja las tempranas ilusiones taoístas. Sus resultados preliminares indican que solo el 5% de la población presenta anticuerpos contra el SARS-CoV-2.
Los puntos de la inmunidad de grupo
Este porcentaje se pudo determinar gracias a un estudio longitudinal sero-epidemiológico, de base poblacional. El estudio estima la prevalencia de infección mediante la determinación de anticuerpos frente al virus en España. Con sus resultados si podemos hablar claro sobre la inmunidad de grupo y lo que dice no es muy alentador.
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Este 5% se sitúa por debajo del 70% necesario para considerar estable a la enfermedad. Por ahora es demasiado prematuro considerar la inmunidad de grupo en España como opción.
La seroprevalencia dictamina
El registro determinado por a seroprevalencia se encuentra casi 10 puntos por debajo de las estimaciones realizadas en modelos epidemiológicos. El estudio del Imperial College preveía una inmunización de grupo en Europa, de un 15%. No obstante, la prevalencia de la enfermedad, asociada a la inmunización solo alcanza cifras similares en el centro peninsular. El resto de España varía con cifras que oscilan entre el 7%, y el 1%. Las provincias más afectadas son Madrid, Segovia, Guadalajara, Soria, Cuenca y Ciudad Real.
En términos generales, la seroprevalencia esperada está muy por debajo de las estimaciones. Con estas cifras España no dispone de inmunidad de grupo. Requerimos un nivel de inmunización de entre el 60% y el 70% para alcanzar una salida de ese tipo. Con estos números, el país se encuentra vulnerable a nuevas oleadas epidémicas.
La referencia de Francia
Pero el caso de España no es único. Francia nos puede servir de referencia. Según el Instituto Pasteur, el grado de inmunización en el país galo se ubica alrededor del 10%. Este número, aún siendo mayor, igualmente indica una baja inmunización.
Con todo, sería un error que estos resultados nos arrebataran de cuajo la esperanza. De lo que se trata es encontrar un terreno sólido para poder construir sanas expectativas. Los datos del ENE-COVID19 están analizando una muestra representativa de la población española.
Todavía falta tiempo
Se tomaron miles de voluntarios al azar y se sometieron a pruebas serológicas rápidas. Estos primeros resultados provienen este primer tipo de pruebas realizadas con un test de inmunocromatografía. Otras pruebas son necesarias antes de emitir conclusiones tajantes. Esto no deja de ser una muestra que se extrapola al resto de la población.
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Al fin y al cabo, debemos entender que se está evaluando la evolución de un virus. Su impacto no está fosilizado y las condiciones pueden pasar a niveles menos hostiles. La información que se requiere para fijar la inmunidad debe ser alimentada por el análisis de las siguientes tomas. Su verdadera epidemiología aún no está completa. Mientras tanto, es conveniente manejar los recursos que tenemos a la mano: agua, jabón, máscara, distancia y paciencia.