Argelia consigue su primera victoria en las calles desde que es independiente de la mano de la ciudadanía y la milicia.
Por primera vez en su historia consigue un cambio significativo gracias a la movilización en las calles. El presidente Abdelaziz Buteflika dimitió de su cargo el pasado miércoles. Después de casi dos meses de manifestaciones pacíficas en las calles de Argelia.
Este suceso es el comienzo para cambios importantes en el sistema político instaurado tras la independencia de Francia (1962).
Buteflika declaró después de dimitir que esta es su “última carta” para pedirle “perdón” al pueblo de Argelia. Se aprecian dos actores claves: los militares y el movimiento ciudadano, a ambos se les adjudica esta victoria.
El movimiento previamente había conseguido que el mandatario no se presentará a las elecciones presidenciales. Evitando que renovará su mandato por quinta vez, se especula que la cúpula castrense es la verdadera fuerza en las sombras.
En Argelia se presentan tres posibles escenarios ante esta situación
Periodo de transición
Se declaró como vacante la presidencia de la república de Argelia, primer paso para que el presidente del Consejo de la Nación (Senado), Abdelkader Bensalah, asuma la presidencia interina.
Bensalah tiene 90 días para llamar a unas elecciones presidenciales, a las cuales no puede presentar su candidatura, y posteriormente dar relevo al nuevo presidente electo.
El primer ministro Nuredin Bedui, quedó al frente del gabinete nombrado por Buteflika, quedaría en funciones hasta las elecciones.
El parlamento un puede disolverse aunque el propio Bansalah forma parte del sistema que los argelinos rechazan en su protesta.
Es el presidente del Consejo de Liberación Nacional (FLN) y uno de los pilares fundamentales del régimen de Buteflika.
La respuesta de los generales
Ahmed Gaid Salah, el jefe del Estado Mayor, sentenció a Butlefika y reclamó que se “inhabilitará” al dimitido presidente.
Buteflika notifico que dejaría el poder el 28 de abril, día que expiraba su mandato oficialmente, pero el general Gaid Salah exigió su salida “inmediata”.
Durante los últimos 20 años la presidencia de Argelia y la cúpula militar estuvieron de la mano. Sin embargo el alto mando militar aspira a liderar esta transición.
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Fractura total
“No es solo Buteflika, sino todo el sistema” exclaman los manifestantes, los líderes sociales y la oposición política. Aunque aún no tienen lideres sólidos ni capacidad para alinearse en torno a grupos tienen como insignia seguir en las calles.
Estos grupos están en contra de una “transición política dentro del sistema” y buscan formar una segunda república. El llamado a lograr esto es continuar con la presión en las calles de forma pacífica, método que tantos frutos les ha dado. Se esperan protestas masivas el viernes que continuarán por el “cambio democrático”.
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