Sólo tras el devastador incendio de 2019 Notre Dame permitió revelar entre sus cenizas secretos científicos con 850 años de antigüedad.
El 15 de abril del pasado año el fuego consumió gran parte del templo católico más famoso del mundo. Esa obra maestra de la arquitectura ardió mientras la humanidad lloraba la pérdida.
Desde entonces la catedral que cada año la visitaban unas 13 millones de personas permanece cerrada. La enigmática catedral parisina durante décadas ocultó secretos que hoy científicos que la reconstruyen intentan desentrañar.
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Tal vez por razones del destino el fuego abrió las puertas de inimaginables áreas. Allí nadie podía entrar. Peritos de diversas disciplinas científicas se adentran a bóvedas que nadie había explorado.
Los expertos ahora pueden valorar el sistema de construcción que se utilizó en Notre Dame hace más de 800 años. “Entenderemos mejor cómo se construyó la catedral y cómo se destruyó”, declaró Aline Magnien, directora del Laboratorio de Investigaciones de Monumentos Históricos.
Secretos de Notre Dame
Se trata de una fascinante tarea y un reto científico al mismo tiempo. Incluso estudian el impacto del cambio climático como fenómeno en Notre Dame. Ese icónico lugar ardió por varias horas antes de que los bomberos pudieran sofocar las llamas.
En ese lapso, el fuego consumió el denominado bosque del techo del sagrado templo. Los entendidos aseguran que era una gigantesca estructura de 100 metros de largo, 13 de ancho y 10 de altura. Todo ello constituía un ático.
Los secretos científicos van mucho más allá. Se asegura que en su construcción se usaron 1.300 vigas de roble, cada una proveniente de un árbol diferente. Los expertos dicen que en la época de su construcción cada árbol llegaba a tener unos 400 años de antigüedad.
Ese tesoro arquitectónico que el fuego devastó es analizado por diversos científicos. La robótica permite hasta la fecha compilar y clasificar cerca de mil piezas de madera distintas.
De acuerdo con la revista científica Nature los próximos estudios permitirán establecer de dónde provenían los árboles. También podrá conocer la actividad arquitectónica de la Edad Media.
En declaraciones a Nature la bióloga molecular Martine Regert dijo que la madera cumple un papel de archivo climático.
La madera también funciona como un “archivo climático”, según explica Martine Regert, arqueóloga biomolecular en Nature. “El análisis de oxígeno y carbono en los anillos (de los troncos) permite determinar la temperatura y la cantidad de lluvia a lo largo del tiempo”, añadió.
El clima medieval
Con tales testimonios a la mano los científicos cotejarán el clima medieval de París con el calentamiento global que la tierra sufre hoy en día. Además los investigadores determinaron que el incendio no alcanzó los 1.700 °C, para evaporar el tejado de Notre Dame hecho de plomo.
Durante el siniestro los parisinos se mostraron preocupados por la posibilidad de que los gases del plomo contaminaran el ambiente y enfermaran a la gente.
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Sin embargo, gran parte del mineral se derritió. En algunos sectores el fuego sólo alcanzó los 600 °C. A esa temperatura el plomo se oxida y se transforma en una especie de aerosol. Por ello durante el incendio se observó una especie de nube amarilla sobre Notre Dame.
Los científicos desean ir más allá. Estudian el plomo de la catedral para obtener pistas sobre las minas de dónde lo extrajeron.