Cuando la gente se aferra a mascarillas sanitarias y caseras para prevenir el COVID-19, los presumidos se enganchan a los tapabocas fashion.
En pocos meses en todo el mundo comenzaron a escasear los barbijos, pero las grandes casas de diseño convirtieron la necesidad en una expresión de moda y frivolidad.
La Organización Mundial de la Salud recomienda usarlos para prevenir la propagación del mortal virus. Desde hace algunas décadas en Oriente es habitual ver a personas con tapabocas. Con ellos evitaban exponerse a las recurrentes gripes, a la contaminación ambiental y a las cenizas provenientes de los acostumbrados incendios forestales.
Puedes leer: El experimento de un pueblo italiano que derrotó al COVID-19
Pero ahora el coronavirus los transformó en un accesorio forzoso y hasta obligatorio. Las casas de moda responden a la pandemia a su manera. Elaboran tapabocas de lujo, con diseños exclusivos y personalizados. Los adinerados ya ordenaron sus primeros encargos, mientras que las celebridades muestran los suyos.
El narcisismo no escapa a la crisis mundial y ello representa un costo. Los tapabocas fashion les quitan la respiración a los pobres porque se cotizan sobre los 150 euros.
Tapabocas fashion
La casa italiana Gucci se convirtió en una de las primeras en dar un paso adelante. Sus exclusivos diseños los llevan personas del Jet set europeo. Louis Vuitton también elabora las mascarillas hechas a la medida que combinan con los vestidos. Tan pronto como Fendi puso a la venta sus primeros diseños, éstos se agotaron.
La inquietud mundial por la pandemia se convirtió en una oportunidad de negocio. Artistas también utilizan sus redes sociales para colgar las fotos suyas con el último grito de los tapabocas fashion. Los barbijos deben llevar en un lugar visible el logotipo de la casa para que sea una verdadera expresión de moda y frivolidad.
Sin embargo, los expertos sanitaristas consideran que los tapabocas para nada evitan que las personas sanas adquieran el coronavirus. Tampoco impiden que los adinerados ordenen la compra de una docena de ellos. Detrás que ese minúsculo pedazo de tela se encuentra la mano de un diseñador y de una casa de moda.
Se cree que esta tendencia perdure por varios años por el pánico de contraer la enfermedad. Una de las personas que respaldan esta tendencia es el diseñador español Yvan Andreu quien al ser consultado por la agencia EFE sobre la posibilidad de que el tapaboca de lujo permanezca en el tiempo dijo: «Sí, absolutamente».
Moda y frivolidad en plena pandemia
Andreu, quien creó una mini colección para que sus clientes. Esa porción de tela que cubre la nariz y la boca tiene ahora una alta demanda. Moda y vanidad se unen en tiempos de coronavirus.
Puedes leer: IOTA posibilitará el concepto de máquinas con cuenta bancaria
Los costosos modelos incluyen tres capas de tejidos repelentes al agua. Además incluyen un bolsillo para introducir un filtro protector. Las casas de moda ofrecen tapabocas con algodón 100 % orgánico y otros con neopreno de diferentes tonos.
Desde ya las grandes casas se dedican a elaborar modelos reutilizables, estampados o lisos. Aseguran que son repelentes a los líquidos. Incluso fabrican modelos para que los niños de las celebridades también luzcan igual que sus padres.