Andrea dopico, la chef venezolana que enamoró a Barcelona con su sabor venezolano.
La joven venezolana deleita todos los días a los comensales del restaurante Moments con su distintivo y único sabor criollo y con todo lo que se llevó de su estadía en el restaurante Alto; en la ciudad de Caracas.
La receta del éxito para la chef venezolana fue dedicarse a lo que más le gustaba: la cocina.
“Nunca me encontré mucho en lo que estaba haciendo. Luego me di cuenta de que me había enamorado de la pastelería de restaurante, del producto venezolano, de la alta cocina”, relata.
Ahora, la chef venezolana participa en una de las competencias más prestigiosas y exigentes de su tipo: el Chocolate Chef Competition (C3) auspiciado por la marca de chocolates Valrhona. Tras registrar un postre y bombón en la primera fase; y ganar en la región española en la siguiente parte de la competición, Andrea ahora deberá ir a Nueva York para las finales de la competencia.
En el Pacific Institute of Culinary Arts, en Vancouver, Canadá, la joven encontró todos los ingredientes para destacarse. Allí culminó sus estudios gastronómicos en el año 2014 como la primera en su clase.
De allí trabajaría en uno de los mejores restaurantes de Caracas, en donde conoció al chef Carlos García; quien desde Venezuela aplaude los logros de su aprendiz.
La chef venezolana cambió las calles caraqueñas por las calles de Madrid. En Europa, siguió encontrándose en la cuna de la gastronomía su especialidad los postres.
Durante su paso por la capital española, trabajó en el reconocido Club Allard, un restaurante laureado con dos estrellas Michelin; reconocimiento que se le entrega a los lugares que preparan platillos de la más alta calidad, sin dejar de lado la creatividad y la innovación.
Para reflejar un poco más de su cultura y del sabor criollo que representa, Andrea también elaboró una carta de postres con los clásicos sabores venezolanos; adaptados a los estándares de estrellas Michelin.
Para sus deliciosos postres se inspira en todo: sus raíces, sus sentimientos, los olores y los sabores. Una combinación de esto es lo que hace que los platos únicos de Andrea sean emocionales; se destaquen y estimulen a los comensales.
Por ahora, la chef venezolana sigue aprendiendo en la ciudad de referencia gastronómica europea y aprovechando las oportunidades.