Aries, el primer signo del Zodiaco, también; tiene su propia constelación en el espacio, entre la de Piscis y Tauro y se compone de 86 estrellas.
La constelación de Aries también tiene una curiosa historia detrás, basada en el animal que representa al signo: el carnero y, como ocurre en otros signos, tiene su interesante relación con Zeus y los dioses del Olimpo, así; como una íntima mancuerna con dos pequeños griegos.
También; hay que hacer la connotación de que Aries; está relacionado con Ares, el temible dios de la guerra, pero el mito detrás de la constelación no está relacionado con sus acciones, sino con un carnero de oro al cual se le conocía como un «vellocino».
Aries: Primer signo del Zodiaco
Según la mitología griega, iniciamos la historia con el rey Atamante, quien se casó con la bella diosa de las nubes, Néfele. Tuvieron a dos hijos (en algunas historias se indica que son gemelos), el aventurero Frixo y su hermana Hele.
Pero el rey se cansó de su esposa la diosa y decidió terminar su matrimonio, para conseguirse una nueva mujer: Ino, con quien tuvo otros dos hijos. Pero ella despreciaba a sus hijastros y quería que fueran sus hijos quienes heredarán toda la fortuna del reino, por lo que pronto planeó un terrible plan para deshacerse de ellos.
Continua la leyenda
Ine mandó quemar todas las semillas y cosechas del reino para que los granjeros sufrieran y le pidieran ayuda al rey Atamante, temerosos de la hambruna. Se decidió ir con un oráculo para que les dijera que hacer, pero Ine; sobornó a los encargados de ir para que volvieran con el rey a decir que la única solución era que tenían que sacrificar a su hijo mayor, Frixo.
El rey, resignado a que matar a su primogénito; era su única opción para salvar al reino, estaba a punto de sacrificarlo para Zeus, pero desde el Olimpo, la madre de los pequeños, la diosa de las nubes Néfele, le pidió ayuda a Hermes, el mensajero para rescatar a sus chicos.
Así, Néfele y Hermes; mandaron una bella criatura al rescate: un hermoso carnero que no sólo era alado, sino que tenía la piel dorada y por si fuera poco, la capacidad de hablar; El «vellocino de oro» bajó del Olimpo y se llevó a los pequeños Frixo y Hele para alejarlos del rey y su terrible madrastra.
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Los tres escaparon hacia Asia, pero la suerte no estuvo de su lado, y justamente; le tocó a la pequeña Hele. Durante el vuelo con el carnero, resbaló y cayó al mar, justo en el estrecho que separa al Mediterráneo del Mar Negro.
Frixo
Frixo no pudo rescatar a su hermana, pero se le honra; desde entonces al lugar donde murió como el Helesponto (mar de Hele), actual estrecho de los Dardanelos.
El llegó salvo con el carnero dorado al reino de la Cólquide, donde; fue acogido por el rey Eetes, quien además; le concede en matrimonio a su hija Calcíope. Dándose cuenta que no tenía nada que ofrecer a su suegro, decidió sacrificar a su querido carnero.
Después de que Frixo le ofrece el vellocino de oro al rey, éste lo consagra a Ares, el dios de la guerra (y relacionado con el signo); y lo cuelga de una encina en un bosque dedicado al dios, Enseguida; lo pone bajo el cuidado de un descomunal dragón y rodeado por campos donde pastan enormes toros salvajes.
El vellocino de oro representaba entonces un poderoso y anhelado tesoro del reino, que todos querían obtener. En el clásico cuento de Jason y los argonautas, ellos logran robársela.
Pero el cuento no acaba aquí, porque Zeus; reconociendo el valor del carnero dorado, decide honrarlo; dándole su propia constelación, la cual dicen que no brilla tanto como otras justamente porque su brillo; se quedó en el vellocino de oro en el reino donde se exilió Frixo.
Ahora, algunos cuentos dicen que Frixo vivió felizmente hasta su muerte en ese reino. Otros más dicen que el mismo rey Eetes tuvo miedo de perder el trono ante él; y fue él mismo quien decidió asesinarlo. Un fin macabro para el chico del carnero de oro.
Aún así, según la historia griega, Frixo y Calcíope tuvieron cuatro hijos: Argos, Melanión, Frontis y Citisoro; quienes siguieron como los vástagos del responsable de tener la constelación de Aries en el cielo.
Fuente: Univisión/Redacción
