La ejemplar perfecta pareja Irán-EE.UU que ahora sobrevive a una especie de síndrome postmatrimonial sucumbió por la cizaña que una vez sembraron los británicos.
Al menos así se desprende de los archivos desclasificados del Pentágono. Esa ansiedad por separación intensa que distingue a los que una vez estuvieron casados, hoy se traduce en un idilio tóxico. Los enredadores sajones se inmiscuyeron y volvieron añicos los nexos de dos fieles naciones.
Al traumático divorcio se le suma la muerte de película del poderoso general Qasem Soleimani en el aeropuerto de Bagdad. Pero la gente se pregunta cuándo y por qué nació esa rivalidad entre Irán-EE.UU.
Estudiosos del conflicto del Oriente Medio sostienen que todo comenzó con la operación Ajax. Se trató de una acción orquestada por la CIA y secundada por los británicos que tenía como objetivo el golpe de Estado de 1953 en Irán.
El golpe precipitó la caída del primer ministro Mohamed Mossadeq, quien fue el primer gobernante iraní elegido democráticamente. La violenta sucesión llevó al poder a la monarquía en Irán encabezada por el sha Mohamed Reza Pahlevi. Desde entonces se selló el divorcio entre Washington y Teherán.
De pareja ejemplar al idilio tóxico
Estados Unidos respaldó al nuevo gobierno calificado por muchos como autoritario. De esa manera la llama antinorteamericana creció junto con los que protagonizaron después la llamada Revolución Islámica de 1979.
Historiadores sostienen que en Irán hasta los años 50 nunca vieron con resentimiento a Estados Unidos. No así a los británicos que mantenían poderosos intereses energéticos en la región. El Reino Unido desde 1908 se beneficiaba de los campos petroleros iraníes.
Tras la nacionalización de la industria petrolera iraní en 1951, el Reino Unido lanzó una campaña intimidatoria que incluyó el traslado de buques de guerra hacia el Golfo Pérsico. De manera simultánea maquinaron un golpe de Estado para derrocar al nuevo primer ministro.
Sin embargo, el plan fracaso porque la inteligencia iraní lo descubrió de manera oportuna. Cerraron la embajada británica de Teherán y expulsaron a todos sus diplomáticos. La venganza británica no tardó mucho tiempo, pues solicitaron apoyo a Estados Unidos, su socio durante la Segunda Guerra Mundial. El resentimiento y la sed de venganza los impulsaron a inventar una conspiración.
La Guerra Fría
A Teherán llegaron los agentes de la recién creada Agencia Central de Inteligencia (CIA) para diseñar la arquitectura del golpe de Estado. Hasta ese momento las relaciones Irán-EE.UU fueron cordiales y respetuosas. Luego los norteamericanos se sumaron al plan para evitar que Irán se acercara a la Unión Soviética. En ese entonces el mundo se debatía entre comunismo y capitalismo.
Dwight Eisenhower ya había sido elegido como el nuevo presidente de Estados Unidos. Por ello se estima que el petróleo iraní fue la excusa perfecta y una chispa más de la Guerra Fría.
Documentos desclasificados recientemente señalan que Estados Unidos creyó que el primer ministro iraní Mohamed Mossadeq sentía una peligrosa atracción hacia la Unión Soviética. Y todo ello lo alimentaban los militantes del partido Tudeh (el partido comunista iraní), quienes respaldaban a Mossadeq.
Algunos consideran que los británicos utilizaron ese ardid para acabar con el matrimonio de Estados Unidos e Irán. Con el golpe arrestaron al primer ministro que osó nacionalizar el petróleo.
La muerte del general Soleimani se une a una serie de acciones bélicas que marcan un roto idilio entre Estados e Irán. Tal vez de no ser por los cizañeros británicos la pareja Irán-EE.UU viviría feliz y en paz.