El número de inmigrantes que accedieron a suelo español por tierra o por mar al término del mes de febrero asciende a 5.978 personas; un 61% más que en el mismo periodo del año pasado, cuando se cuantificaron 3.700.
La presión se ha demostrado especialmente intensa una vez más en la segunda de las vías, la marítima; en tanto las cifras oficiales ofrecidas por el Ministerio del Interior revelan que el incremento de entradas en pateras ha sido casi exactamente el doble que en 2018: 5.040 a 2.502, es decir, una subida del 101,4%.
Cabe en este ámbito subrayar el gran tamaño de las embarcaciones que se están rescatando; en tanto que esas más de cinco mil personas cuantificadas en lo que va de año viajaban en 137 barcas de distinta tipología; cuando los dos mil quinientos del anterior lo hicieron en tan solo 26 menos, 111 pateras.
Esta circunstancia alude directamente a la evolución y la avaricia de las mafias que mercadean con seres humanos; interesadas en rentabilizar al máximo cualquier expedición, aún a costa de poner en riesgo las vidas de los pasajeros.
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Los datos siguen confirmando la ruta del Mediterráneo Occidental que enlaza el norte de África -fundamentalmente Marruecos; y en segundo término Argelia- con España como la principal autopista de llegada de la inmigración irregular.
No en vano, como ocurre desde julio de 2018; esta vía acumula mayor cantidad de inmigrantes que la suma de los interceptados por Grecia (4.177) e Italia; que ha contado en estos dos primeros meses 262 inmigrantes frente a los 5.331 de un año atrás.
A la vista de estos números, definitivamente; el ingreso a través del país alpino parece haberse cerrado como resultado de las políticas de su gobierno apoyado por antisistemas y la ultraderecha; lo que ha revertido negativamente en la sobrecarga de la ruta española; sin que la UE haya adoptado medidas hasta el momento.
España está, por tanto, en cabeza y ello a pesar de que, tras un enero de extraordinario tráfico (4.612 registrados, un 111% más que los 2.178 del ejercicio anterior), febrero se ha comportado de forma moderada.
En concreto, y partiendo de las estadísticas de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) dependiente de la ONU; el mes pasado se contabilizaron 1.366 accesos al margen de la legalidad, cuando en 2018 habían sido 1.522 y en 2017, 1.409.
Los números cobran mayor dimensión si se tiene en cuenta que en 2016; el último de baja inmigración que acompañó al periodo de la crisis económica; a lo largo de febrero solo se detectaron 222 entradas irregulares de inmigrantes en nuestro país.
En todo caso, detrás del positivo dato de este pasado febrero pueden estar diversos factores; como el del tiempo -la meteorología fue peor en ese mes en el Estrecho que en enero- o una mayor colaboración de Marruecos en la protección de las fronteras.
No obstante, habrá que esperar para ver si esta tendencia continúa y se logra un más efectivo control de la inmigración o el fenómeno se desboca, como ha ocurrido desde 2017.
Fuente: abc/redacción
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