La dura crisis económica que está atravesando Venezuela es una de las más pobres del mundo luego de ser catalogados como el “País más rico del mundo”. Para todos los venezolanos la situación ha hecho que la calidad de vida sea deficiente provocando enfermedades, muertes, etc, y para los ancianos venezolanos consideran que la “inflación ha acabado con sus vidas” creando un mal vivir para un futuro.
La inflación es alucinante en Venezuela, más de un millón por ciento, la comida es escasa y, si se encuentra, difícil de costear para la mayoría.
La federación de Farmacéuticos de Venezuela, analizaron datos de aproximados sobre la gran pérdida y escases de los medicamentos, que da como resultado un 58% de bajo incremento de medicinas. Si se trata de una economía en caída libre, el aterrizaje es más difícil para los ancianos.
Ancianos venezolanos atrapados en la crisis de Venezuela
Baudilio Vega y su personal voluntario hacen todo lo posible para alimentar y albergar a las casi 80 personas que viven aquí en “Casa Hogar Madre Teresa” en las afueras de Caracas: Carmen Cecelia es la mayor con 84 años. Nos muestran las instalaciones espartanas, una litera y un pequeño armario para cada residente. Sus posesiones son pocas, no necesitan grandes armarios.
“Si no tuviéramos este lugar; ¿cuántas de estas personas estarían muertas o en la calle?”, dice Baudilio Vega. “Gracias a Dios, aquí están vivos. No son cinco estrellas, pero al menos sobreviven”.
El abandono por parte de familias a estos ancianos venezolanos ha decaído indiscutiblemente; No son indeseables, ni mucho menos, pero son víctimas de una elección brutal: alimentar a los niños o alimentar a los abuelos.
La “Casa hogar” es el sitio donde lo ancianos se pueden sentir en “compañía” sin embargo, la mayoría muere por tristeza y soledad. La mayoría en el hogar cuentan una historia similar: familias que no pudieron hacer frente o que simplemente abandonaron el país.
Según las Naciones Unidas, se estima que 3,6 millones de personas han huido de Venezuela y su economía miserable en los últimos años, muchos de los cuales dejan atrás a sus padres o abuelos, pues no pueden pagar sus gastos.
Baudilio alimenta a los que él llama sus “invitados” con comida sobrante donada por restaurantes locales y cualquier ayuda financiera que reciba de los locales. Pero las donaciones se están reduciendo junto con la economía.
La comida, por supuesto, es clave, pero también en la escasez drástica de medicamentos, ya que, el salario mínimo tampoco les alcanza para poder subsistir.
Fuente: CNN Español / Redacción
