experimento Kentler - Cantineoqueteveonews

El experimento Kentler es otro desafío para la forma como los alemanes manejan incomodidades del pasado.

Con el nazismo es obvio que han tenido bastante que asimilar. Sin embargo, hoy en día muchos alemanes consideran que no se debe hablar más del asunto. “Lo pasado, pisado,” quisieran sentenciar para ponerle fin a esa sombra que los persigue desde el siglo pasado.

De acuerdo al psiquiatra suizo Carl Jung, afrontar las sombras consolidaba el equilibrio de la personalidad. Por extensión este principio podría aplicarse a la revisada sociedad alemana. Nada más conveniente entonces que iluminar el vergonzoso episodio de pedofilia encarnado en la figura de Helmut Kentler.

El incómodo experimento Kentler

A partir de la década de 1970, el profesor de psicología Helmut Kentler realizó un “experimento social” en Berlín occidental. Hombres pedófilos se hicieron cargo de niños sin hogar. Estos hombres eran padres adoptivos “especialmente amorosos,” argumentó en aquel momento Kentler.

Helmut Kentler (1928-2008) era psicólogo alemán, científico sexual y profesor de educación social en la Universidad de Hannover.

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Kentler ocupaba una posición de liderazgo en el centro de investigación educativa de Berlín. Estaba convencido de que el contacto sexual entre adultos y niños era inofensivo. Las oficinas de bienestar infantil de Berlín y el Senado gobernante no vieron nada malo en el experimento Kentler. Incluso, aprobaron las asignaciones de custodia.

¿Qué pretendía el experimento?

A finales de los 60, la utopía de una sociedad libre sin lastres morales anticuados estuvo en boga. En ese entorno, la teoría de emancipación sexual de Kentler encajó sin problemas.

Su teoría de “emancipar la educación sexual” se basaba en que los niños también son seres sexuales. “Ellos tienen derecho a expresar su sexualidad. Liberar la sexualidad de los niños de las restricciones morales ayudaría a liberar energías. Estas energías liberadas llevarían a discusiones políticas abiertas y a una sólida democracia.

Hace varios años, dos de las víctimas del experimento Kentler contaron su historia.  Y desde entonces, los investigadores de la Universidad de Hildesheim han revisado los archivos y han realizado entrevistas.

Vidas arruinadas

Existen muchos testimonios. Marco, una de las víctimas del experimento Kentler que ahora tiene cuarenta años, dijo: “Nuestras vidas fueron arruinadas”.

Sus experiencias traumáticas empezaron cuando tenía apenas nueve años. A partir de esa edad, estuvo a merced de un padre adoptivo pedófilo, que abusó sexualmente de él durante varios años.

“Esto realmente nunca se podrá superar”, afirmó Sven, otra víctima. Él fue enviado a vivir con el mismo padre adoptivo, Fritz H. un hombre con antecedentes penales.

El abuso también fue sistemático en una de las escuelas más “progresistas” de Alemania occidental: el internado Odenwald. Allí, alrededor de 900 alumnos fueron víctimas de abuso sexual desde 1966 hasta 1989.

Existe un vínculo entre la Odenwaldschule y el experimento Kentler. En ambos casos, fueron las oficinas de bienestar infantil de Berlín las principales responsables. Ellas enviaron a los que se consideraban “niños difíciles” a un lugar donde sufrirían abusos sistemáticos.

Un rastro de dolor

Bajo la influencia de Helmut Kentler, las prácticas pedófilas fueron toleradas y defendidas. Sin embargo, él tampoco será llevado ante la justicia.

Kentler murió en 2008. Sandra Scheeres, actual senadora de Berlín responsable del caso Kentler, ha expresado abiertamente su empatía con las víctimas. Scheeres ha condenado estos crímenes que considera “simplemente impactantes”.

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A pesar de que el plazo para judicializar estos crímenes ha prescrito, Scheeres ha prometido una indemnización para las víctimas.

El experimento no quedará impune. Mientras tanto queda abierta la discusión sobre la justificación de este “progresista” experimento que deja detrás un rastro de dolor y vergüenza.

Manzur Dagga Condesa Nasar Dagga CLX